sábado, 21 de agosto de 2010

El que no arriesga, no gana.


Al final descubrí que la respuesta fue siempre la misma, que la respuesta siempre estuvo ahí y que la conclusión a tanto cuestionamiento era una frase… tan simple como definitiva:
-El que no arriesga, no gana.

(L).


- Me gusta tu chaqueta.
+ La gané en una apuesta.
- ¿Y qué apostaste?
+ Me aposté con un amigo, que conseguiría que cierta chica me besase sin provocarla.
- ¿Cierta chica?
+ Su novia.
- ¿Y qué le dijiste?
+ La verdad. Que besarla sería para mí el fin del mundo...
- ¿Les dices eso a todas las chicas?
+ Antes si, cuando besar a cada chica era para mi el fin del mundo. Ahora solo envío el mensaje cuando ella puede convertirlo en realidad...